Un cyborg (del acrónimo en inglés que combina: cyber = ‘cibernético’ y organism = ‘organismo’) - tal como se resume en Wikipedia - es una criatura compuesta de elementos orgánicos y dispositivos cibernéticos generalmente con la intención de mejorar las capacidades de la parte orgánica mediante el uso de tecnología, o como diría la definición de la Real Academia Española: cíborg es un "ser formado por materia viva y dispositivos electrónicos".
Al parecer el término fue utilizado por primera vez en 1960 para referirse a un ser humano mejorado que podría sobrevivir en entornos extraterrestres (Manfred E. Clynes y Nathan S. Kline), pero sin dudas los esfuerzos por "mejorar" el cuerpo humano son mucho más antiguos.
El ser humano es un animal social - somos nuestras relaciones; un animal político según la definición aristotélica - pero lo que realmente nos diferencia del resto de los animales es la tecnología (la capacidad para crear nuestras propias herramientas).
Y estos conceptos son los que han señalado el rumbo de toda nuestra historia sobre la faz de la Tierra. Creamos tecnologías que nos modifican, que nos transforman, que cambian las formas en que nos relacionamos.
Nos transformamos al cubrir nuestros cuerpos primitivos, frágiles y desnudos, con pieles de otros animales, perfeccionando esta nueva piel según el lugar, el clima y nuestros valores sociales.
Superamos nuestros brazos cortos y la baja velocidad relativa desarrollando lanzas, y mejoramos nuestras garras, con puntas de piedra afiladas.
Pero jamás nos detuvimos. Ampliamos nuestra memoria tallando en piedra y pintando muros que relataran nuestras historias, hasta que logramos crear un sistema de signos que permitiera llevar el lenguaje a un nuevo nivel. Transformamos el entorno para guardar mejor esos signos: piedra, papiros, papel, medios magnéticos, almacenamiento digital.
Cada paso nos hizo diferentes, cambió nuestra estructura social, y la forma en que entendíamos nuestro entorno.
Entendiendo de maneras diferente la naturaleza, pasamos de catalejos a telescopios para ver cada vez más lejos (y cuando no fue suficiente exploramos el campo profundo del Hubble llegando a ver el pasado de las galaxias), pero también el detalle de lo pequeño cuando el microscopio nos transformó nuevamente. Vemos diferente, pensamos diferente.
Individualmente buscamos mejorarnos con herramientas que incrementan o recuperan nuestra capacidad de ver o de escuchar. Desarrollamos tecnologías que reemplazan nuestras partes dañadas, y seguramente pronto alguien decida reemplazar partes sanas del cuerpo por partes biónicas con mejores prestaciones (¿llegaremos a tener subrogantes que reemplacen totalmente nuestros cuerpos como en la película?).
Hoy los google glass nos permitirán tener toda la información disponible en Internet y bases de datos "personales" frente a nuestros ojos, y utilizarlos para interactuar en tiempo real con el mundo real. El reconocimiento facial (que en las fotos subidas a Facebook sabemos que funciona muy bien) vinculado a nuestras redes sociales nos permitiría tener muchos datos de las personas mientras hablamos (clientes, alumnos, colegas, amigos).
Un smartwatch está permanentemente monitoreando nuestros signos vitales, las distancias recorridas y pronto será más común que haga más (monitorear el nivel de azúcar en sangre y dosificar automáticamente la medicación necesaria). Waze y otros sistemas de navegación también recogen información del tránsito creando conocimiento colaborativo que se suma a los datos que utilizamos para tomar decisiones.
Desde los simples lentes de contacto para corregir problemas de vista, hasta brazos y piernas robotizadas que reemplazan miembros amputados, los seres humanos hemos intentado todo el tiempo mejorar nuestros cuerpos, transformarnos y mejorarnos.
La pregunta correcta quizás no es si seremos cyborgs en el futuro (pues entiendo que siempre lo hemos sido), sino cómo eso va a impactar en nuestra forma de ver el mundo y relacionarnos.
[Imágenes: RoboCop(2014) y Neil Harbisson]
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