miércoles, 21 de septiembre de 2022

5 principios para un cambio de época

El pasado 14 de setiembre la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración (UdelaR) cerró la celebración de sus 90 años con una conversación del decano Jorge Xavier con el profesor Enrique Iglesias, quien a sus 92 años demuestra una absoluta claridad, actualidad y visión de futuro.

Ante un mundo cambiante, el Cr. Iglesias destacó cinco principios fundamentales para la Universidad y el ejercicio profesional.

El primero tiene que ver con al importancia de la investigación: "todo que se puede hacer para convivir con ese mundo en cambio es conocerlo y para nuestros muchachos es muy importante acercarlos al conocimiento de los cambios que se están produciendo". "Es muy importante examinar qué va a pasar con la tecnología y con el comercio". "La participación del país en la sociedad del conocimiento es una prioridad absoluta. A este objetivo debe atender la investigación. Aprender a movernos en las oportunidades y riesgos de esta sociedad".

El segundo es "asumir con gran responsabilidad la función de transmisión de valores. Hay que partir del reconocimiento de que cuanto más se profundiza en los avances del conocimiento científico y tecnológico, más se interpela a la necesidad de la ética y la cultura". "No existe una economía o una empresa en el vacío de valores". 

Como tercer principio destacó "la conciliación entre la realidad económica y la realidad social". "Todos aprendimos en las aulas los grandes principios de la racionalidad económica o los grandes fundamentos de los paradigmas económicos y sociales que fueron aplicados en nuestros países americanos en la última década, pero sabemos que el mapa no es el territorio". "Algunas veces nos enamoramos de los modelos macroeconómicos (muy respetables por cierto) que contribuyen el conocimiento de la racionalidad económica, pero son modelos, no son realidades mismas. La realidad nos ha demostrado obstinadamente en múltiples ocasiones la profunda confrontación entre la racionalidad económica y la realidad social, y así hemos apreciado como los logros económicos que nos pueden conducir a aquellas nacionalidades resultan insuficientes para enfrentar objetivos tan dramáticos como la reducción de la pobreza o el estrechamiento de las brechas entre ricos y pobres, la inclusión de grandes minorías, o la calidad misma del medio ambiente. Pero también he conocido de cerca ilusiones de aquellos grandes paradigmas de la transformación social que inspirados por las mejores intenciones de mejoramiento de la condición de la vida de las grandes mayorías, entraron en colisión con las realidades económicas con la reacción de los agentes económicos o con las limitaciones que nos imponen las relaciones internacionales. En la primera experiencia tuvimos economía sin sociedad, en la segunda tuvimos sociedad sin economía. Creo convencidamente que la racionalidad económica sólo puede lograrse si se asienta en un profundo conocimiento de las realidades sociales políticas e institucionales, y si se acompañan de valores fundamentales como la aplicación de dicha racionalidad".

"La racionalidad económica a la que puede conducirnos a mano inestable del mercado solo puede ser aceptable energéticamente si es acompañada por la mano claramente visible de la justicia y de la solidaridad dentro de cada sociedad y entre pueblos y naciones. Sin la solidaridad y los principios éticos que acompañan la realidad económica que aprendimos en los claustros, deja de tener su legitimidad social es un proyecto incompleto. No puede haber un orden duradero si no se produce un enunciado de valores capaces de darle sentido a este orden".

El cuarto punto que señaló es "el problema de los nuevos temas que aparecen y que aterrizan en la profesión" como los temas ambientales que "no es una cosa que deba discutir sólo por las élites técnicas sino también por la gente y por el niño que debe empezar por reconocer que proteger la naturaleza es proteger la sobrevivencia del hombre en el planeta". El desarrollo sostenible y el uso eficiente de la energía deben ser parte de la currícula universitaria.

El último punto es "la gran transformación de los sistemas financieros internacionales" que están siendo revisados, ya que existen "muchos intereses, abiertos y peligrosamente ocultos".

[Foto: Florencia Suárez, Comunicación FCEA]

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