Los temas relacionados con el consumo de vinos finos han crecido mucho en los últimos años en Uruguay, y la gente de Lo de Silverio lo ha sabido aprovechar. Han organizado conjuntamente con bodegas días especiales de degustación de comidas y vinos, lo que suele conocerse como maridaje.
En la oportunidad que tuve de participar se trataba de una jornada llamada Agridulces, con vinos Cata Mayor de Bodega Castillo Viejo: Unas mollejas caramelizadas con azúcar rubia de entrada, acompañadas de un Merlot Reserva. De plato principal una bondiola con manzanas asadas y salsa de ciruelas pasas, junto a una copa de El Preciado 2005. Y para el postre un flan de chocolate sobre crocante de avena con Licor de Tannat.
Cada mesa comenzaba su cena de maridaje sin hora de comienzo, por lo que se trataba de una experiencia individual guiada por una cartilla que se ofrecía a los participantes, pero sin intervención de gente de la bodega, lo cual hubiese sido un excelente broche de oro.
Es interesante cómo se puede organizar algo nuevo y atractivo con muy pocos elementos y sin distorsionar la actividad normal del negocio. Se trata de prestar atención a las señales del mercado y brindar a cada segmento una propuesta de valor interesante.
Suena fácil ¿verdad? ¿Qué otros casos así pueden existir en Uruguay?
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Es interesante cómo se puede organizar algo nuevo y atractivo con muy pocos elementos y sin distorsionar la actividad normal del negocio. Se trata de prestar atención a las señales del mercado y brindar a cada segmento una propuesta de valor interesante.
Suena fácil ¿verdad? ¿Qué otros casos así pueden existir en Uruguay?
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