Una nota en
la diaria del día de reyes, se subtitulaba "redes sociales cada vez tienen más protagonismo al momento de planificar los días de descanso", y recogía la opinión de las autoridades del Ministerio de Turismo y Deporte respecto a la importancia que pretendían dar al uso de estas nuevas TIC para el desarrollo del turismo interno y el aumento de los visitantes extranjeros.
Por un lado están quienes ofrecen sus servicios (o promocionan los destinos-país) a través de internet ("se puede llegar a una infinita cantidad de personas" exageró el director Benjamín Liberoff*), generalmente reproduciendo el modelo publicitario tradicional de medios masivos en las redes sociales (banners, páginas institucionales, titulares de 140 caracteres, repositorios de fotografías). La innovación en este sentido es casi nula, y por sobre todas las cosas sin el menor énfasis en el
feedback.
Pero en el otro extremo están los "veraneantes", turistas que utilizan durante todo el año su computadora conectada a la red, y que no dudan en hacer un recorrido virtual antes de salir de vacaciones, evaluar las propuestas con las opiniones de los demás (en muchos casos anónimos comentaristas) y al regreso dejar en formato de ceros y unos sus experiencias.
En este último punto es donde aún estamos lentos, a las empresas (y al propio ministerio) les cuesta
abrir las orejas como decíamos en
otro artículo de este mismo blog. Los turistas son clientes y potenciales clientes, pero también son quienes contagian buenas y malas experiencias exponenciadas a través de la web.
¿Los escuchamos? Están por todos lados: en el almuerzo laboral al regreso de la licencia y con los amigos en el bar; pero también en facebook, twitter, blogs, comentarios en páginas web, mensajes de texto, cadenas de emails...
Ellos dicen (con o sin razón) si la pasaron bien, si volverían, si es recomendable o si es detestable, si se enamoraron, si encontraron
SU lugar... los hoteleros, restoranes, pubs, museos, playas, intendencias, ministerios, deberían estar atentos no solo a dar "su mensaje" por la web, sino también a escuchar los resultados, y dialogar.
Al igual que "
El cocinero de Saman", el Ministerio propone este año que agregues en tu messenger a
Celeste, quien (se supone) te dará una mano al momento de elegir destinos.
Probemos... buscamos en la página del ministerio el
correo de celeste, la agregamos a nuestra lista de contactos en el viejo messenger (desde que uso
gtalk lo dejé abandonado - me tenía podrido el SPAM), y le hacemos una pregunta básica:
- Hola Celeste, tengo unos amigos que vienen por primera vez a Uruguay, son Austríacos - hablan inglés, pero no español - que lugares recomendarías que visitaran en sus dos semanas por aquí para que se lleven una imagen completa de nuestro país?
¿adivinan la respuesta?
Respuesta automática: Ok.
(una lástima que no se les ocurriera responder con algo más autóctono, un "ta" sería mucho mejor)
Luego de varias preguntas logré que respondiera (en forma automática)...
Celeste dice:
Uruguay tiene una amplia oferta de lugares y actividades para ofrecerte. Elegí la opción sobre la que te interese conocer: 1.Playas 2.Termas 3.Cultura 4.Deportes 5.Ecoturismo
Así que resultó ser solo un sistema de respuestas automáticas sin mucho sentido.
Sin diálogo... cuando justamente es diálogo lo que ofrece la Web 2.0
[*] Como era de esperar al director de la Asesoría Técnica del Ministerio no lo pude encontrar en Twitter, tiene una cuenta en
Facebook vacía, y en
LinkedIn tiene poco o nada de información.
[Lo de
"vacanciones" en el título de la nota viene a cuento de la serie de
spots publicitarios de Uruguay Natural de este verano]
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