Hace unos días regresé de un viaje a Chile, en el que recorrí 2.000 kilómetros desde Santiago hasta Puerto Montt con los objetivos de probar 
diferentes cervezas chilenas (principalmente artesanales), conocer bares especializados y visitar cervecerías locales.
Más allá de las 
grandes marcas de cervezas industriales, a continuación hago un relato de las 
artesanales que fui conociendo durante este viaje.
En la Chopería 
José Ramón 277 (Santiago) probamos varias cervezas tiradas: Tübinator una gran Dark Ale Strong de 
Tubinger (Pirque), una 
Jester Saison Belgian Style (Santiago), y la Ramona, una session IPA del lugar.
Más tarde en Amadeus y otros bares conocimos Torres del Paine y Calafate Ale de 
Cervecería Austral (Punta Arenas), Scottish Amber Ale y Dunkel Weizen de 
Cervecera Del Puerto (Valparaiso), IRA! de 
Granizo, y las 
The Clinic Red Ale y Golden Ale de Mestra (Maipú).
Entre las más llamativas, estaban las de 
Kross (Lupulus, Strong Ale 5, Maibok, 110 minutos) que es de las que tiene mayor participación de mercado en el segmento de artesanales en Chile, y logra una calidad destacada.
Al llegar al bar 
Latitud Sur de 
Concepción nos quedamos con las ganas de conocer las cervezas elaboradas por ellos, pero tuvimos la oportunidad de recorrer el área de producción y charlar un rato con su responsable que nos dio una primera visión del mercado chileno y las características de los consumidores locales.
En la comuna de 
Quillón conocimos la 
Cerveza Artesanal Toropaire (Antü Ale: Cerceza Rubia 5.8º, Kelü Ale: Cerveza Roja 6.0º, Kolü Ale: Cerveza Café 5.9º, Kurrü Ale: Cerveza Negra 6.1º, Kelü Extra: Cerveza Roja 9.5º, y otras frutales y de estación). Una amplia variedad de cervezas, con aciertos y también algunos errores. Sus cervezas de base y la variedad de chocolate son buenas, pero las frutales no están bien logradas, y algunas se exceden en alcohol.

En la 
Cervecería Luthier - Brewery & Restaurant en la ciudad de 
Los Ángeles, disfrutamos de la Strong Ale de elaboración propia: realmente excelente, con gran cremosidad que le da permanencia en boca.
Siguiendo la ruta al sur paramos en el 
Bar Frontera de la ciudad de Temuco, donde conocimos una Lager elaborada por ellos (Steembeer) que resultó muy buena. Y dos de la zona de Purén: las cervezas de 
Berg Land, una de Frutilla Blanca y otra de Avellana Araucana, que estaban muy originales; y la The Dogs Pale Ale suave y cremosa de 
Braco.

En Chile, la visita obligada es a la cervecería 
Kuntsmann, que tras su acuerdo comercial con CCU tiene distribución en todo Chile y presencia en los bares. Entre otras disfrutamos de las Chocolate, Doppel-Bock, Heidelbeere y por supuesto la Gran Torobayo - una cerveza que se destaca por su calidad.
La ciudad de Valdivia se ha convertido en la capital de la cerveza chilena, y tras Kunstmann, 
Cuello Negro y 
Bundor son las mas grandes, por lo que le dedicaré un artículo separado a cada una [
Aquí y 
aquí].
En el café 
La Última Frontera, probamos las también valdivianas: APA de 
Totem, La Colorina de 
Valtare, Selva Fría Golden de 
Punucapa, Ambar de 
Cervezas del Duende.

Para terminar este artículo menciono las tres cervezas del pequeño restaurante 
Malta Chocolate en Puerto Varas: La Blonde, Pale Ale y Strong Ale, elaboradas en su pequeña planta junto a la cocina, abierta a los visitantes. Un lindo lugar construido en madera con una carta sencilla, y sus cervezas tanto en chop directo como en botella.
Sin dudas Chile tiene un importante sector de cervecerías artesanales, que está en desarrollo y tiene las condiciones para crecer, ya que están elaborando buenas y variadas cervezas.
Al igual que lo que ocurre en Uruguay, aún es un porcentaje muy menor del mercado y se compite con grandes jugadores de la industria y una muy poco desarrollada cultura de consumo de cervezas de calidad.
Notamos muy poca presencia de cervezas IPA, muchas cervezas negras, y una tendencia hacia una mayor graduación alcohólica, que por lo que pudimos averiguar responde a los intereses de los consumidores chilenos.
[Fotos: 
Cata de Cervezas (
cc)]
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