miércoles, 20 de diciembre de 2006

Rueda-Rueda y Vino Carlón

Hace ya un tiempo, tuve la oportunidad de participar en un curso que la Ing. Agr. Estela de Frutos llevó adelante para INAVI, sobre Saber y Sabor del Vino. En aquella ocasión compartimos algunos conocimientos sobre la producción, elaboración y degustación del fermentado de uva.

Entre copas y explicaciones, Estela compartía la historia del vino en nuestro país, y la importancia en la cultura nacional. El tannat (durante años conocido bajo el nombre de su principal productor Don Pascual Harriague) es sinónimo de la necesidad de establecer al gaucho nómade, que bebía caña por lo cual no necesitaba afincarse para cultivar, como lo requiere la vid.
Allí también recordamos una de las canciones infantiles más conocidas:

A la rueda rueda,
de pan y canela
dame un vintén
que me voy a la escuela
Vino la maestra,
me dio un coscorrón
que viva la pipa del vino Carlón.

Se trata de una imagen portuaria, que recuerda los toneles que llegaban al puerto y se trasladaban rodando. En particular la pipa de vino, que oscilaba entre cien y ciento quince pesos, toma protagonismo en la canción. La pipa (tonel) era la forma en que se transportaba el vino, y si bien en el refranero popular está aquella frase que dice: "De buena madre buen hijo, y de buena pipa buen vino", resulta fácil imaginarnos que la calidad de ese vino nada tenía que ver con lo que hoy conocemos y disfrutamos.

A fines del siglo XIX, recuerda Luis Spissa, los genoveses y catalanes llegados al Río de la Plata generaban un importante flujo de comercio, siendo el vino una de sus principales mercancías. Entre ellos el famoso vino "Carlón", que aquí se llamó así porque procedía de Benicarló, población valenciana de la provincia de Castelló de la Plana. Este vino era muy popular por su bajo precio, siendo además "bautizado" (es decir, rebajado) con agua por los comerciantes locales.

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