lunes, 2 de noviembre de 2015

Cruzando datos: BIG CRM

El Cuarteto de Nos en su disco "Raro" canta "Nada es gratis en la vida", que en el estribillo dice así:
"sea con dinero o no
siempre se paga un favor
y si veo que algo es fácil
yo dudo enseguida
pague antes o después
la cuenta va a aparecer
y esta claro de que
nada es gratis en la vida" 

Y en economías capitalistas y liberales como las nuestras, eso parece más que claro pero no siempre explícito.

Internet nos ha acostumbrado a consumir servicios "gratuitos" en la web, y tanta generosidad no siempre viene de comunidades que comparten libremente sus conocimientos con software libre y datos abiertos. Cada vez más encontramos alarmas desde la sociedad organizada, la academia e incluso desde el lento sistema político que cuestionan algunos modelos basados en el uso de la información personal.

En el CeBIT INDIA 2015, Vincent Steckler (Avast) aseguró que "WhatsApp es un colector de datos para servir publicidad dentro de Facebook", recordando que Zuckerberg compró la aplicación de mensajería en 2014.

Los avances en tecnología para el procesamiento automatizado de BigData, utilizando herramientas de análisis semántico y analíticos, permiten a estas plataformas de redes sociales, ser un gran acumulador de información. Un gran CRM, para direccionar la publicidad en un esquema de marketing 1 a 1.

En momentos donde las personas comienzan a abandonar las llamadas redes sociales, para pasar a los grupos de afinidad, el gran desafío para las empresas como Facebook es cómo sostener su modelo de publicidad hipersegmentada.

El movimiento de los usuarios desde las publicaciones genéricas y los "me gusta" de Facebook, hacia las charlas en grupos cerrados desde los dispositivos móviles en WhatsApp, han generado estas dos grandes olas con estilos diferentes: Google proponiendo una gran suite de productos "gratuitos" que piden como contrapartida una cuenta única que acumula información del usuario (Android, Chrome, Youtube, Docs, Gmail, Chormecast, etc), y Facebook con la obtención (poco clara y sin consentimiento previo) de la información intercambiada en WhatsApp - en charlas que parecían (o debían ser) muy privadas.

Si seguimos pensando que "a caballo regalado no se le miran los dientes", tenemos que por lo menos ser conscientes que la neutralidad en la red no es tal, y que los mensajes que recibimos no son de pura casualidad.

Una publicidad hiperpersonalizada a partir de lo que estoy haciendo puede ser algo bueno (recordemos que el marketing es en su esencia ayudar a los consumidores a encontrar los productos o servicios que satisfacen sus necesidades), o algo terrible (limitar nuestra visión del mundo a la repetición permanente de nuestras experiencias pasadas).

Si los resultados de mis búsquedas están condicionados a la información que Google sabe de mi, sin lugar a dudas puede ser que encuentre lo que busco más rápido, pero también es probable que no me sorprenda, que no acceda a otras visiones, etc.

Si mis charlas con amigos en WhatsApp van a preseleccionar la oferta de productos que voy a ver en una tienda online, merezco por lo menos saberlo.

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